Algunas imágenes de mi caminar por ésta maravillosa tierra
Exposición La Laguna de Las Sirenas
Exposición "Sirenas en la Pecera"
Espero que vengáis
Y Hermione durante la preparación de las fotografías
Carn
a
v
al 201
Autorretrato con gata
Hermione con su máscara veneziana
Si deseais seguir mi viaje personal al Reino de
Arturo y a la
ca Avalón, visitad las
páginas de este
bg:
"Camino deAvalon, Páginas 1-2-3 y 4"
La sagrada Colina del Tor (Isla de Avalon) Glastonbury
Carnaval 2013
Una vez más junto a un grupo de amigas todas tan teatreras y celebradoras como yo, tuvimos en casa nuestra cena de carnaval. Guapas y con anntifaces de colores degustamos pequeños manjares, buen vino y champán frances, come il faut. Hubo sesión de retratos muy venecianos y fué motivo de encuentro con amigas auténticas y de unas hermosas horas de compartir unas risas y una buena conversación.
Las Brumas Avalón
Mi gata Hermione, el único ser que ha logrado domesticarme
La maravillosa música de Mikael Sapin para acompañar la visita a Avalón
Hermione y su padre. ¡Qué parecido!
Mensajes de amor
Siempre he admirado a los bomberos, a su valor en silencio, a su dedicación a los demás.
Este es un pequeño homenaje para ellos: Buena Gente
Una mascota es para toda la vida no solo para Navidad
Hasta que hayas amado a un animal, una parte de tu alma estará dormida
Eugenia y Hermy en el balneario
"Eugenia está hablando
por teléfono con una amiga. Le dice que tanto la gata como ella están cansadas y
agotadas tras dejar la casa de Marrakech.
Y me pregunto, ¿qué es una gata? porque yo también estoy cansada de ver a
Eugenia nerviosa y de quedarme sola tantos días por sus viajes. No siempre me
lleva, sobre todo si es para pocos días.
O sea que no solo esa gata de la que hablan está agotada, ¡yo también lo
estoy! O sea que no hace falta ser gata para cansarse. Bueno, yo soy Hermione y
ahora que todo ha terminado y Eugenia no
tendrá que abandonarme nunca más, me gustaría dar una fiesta para mis
amigos. Porque el mes pasado cumplí cinco años, pero no pude celebrarlo porque
estábamos en Marrakech, ¡con lo que me gusta jugar y divertirme con los regalos!
Eugenia dice que ya soy mayor para ser tan traviesa, pero no puedo evitar que me encante cazar, corretear con mis
ratones y saltar con las varitas peludas que me compran. También me gusta el alpinismo, porque subo a
todos los armarios que veo, por muy altos que sean. Jugar es algo que he hecho
siempre desde que nací, desde que Eugenia me llevó a casa en una cesta. También
me gusta comer. Dicen que soy una gourmet, aunque no sé qué significa. Pero esas
bolitas tan ricas que a veces alterno con unos guisos de carne a trocitos,
están buenísimas. También me gusta beber
en la fregadera el agua fresca del grifo, porque cuando llega al suelo, hace
unas figuras muy bonitas y disfruto viendo como se escapa y no se deja atrapar.
Y sobre todo, me gusta mirar desde la
ventana como vuelan los pájaros. Hemos puesto redes en ellas para que no me
caiga. Dice Eugenia que podría matarme o hacerme mucho daño. Así que sin
peligro, me tumbo al sol y veo las nubes y los pájaros, pero desde la ventana
no puedo asustarlos como hacía en los árboles de Marrakech. Lo que también hay
aquí son esas manchitas negras que vuelan. Son muy pequeñas, porque algunas pasan a través de la red. Creo que se llaman
moscas. A esas las cazo sin problemas. Los pájaros no caben. Aunque a veces siguiendo
a una mosca, he roto cosas y me he llevado algún grito. Pero qué voy a hacer si
se meten en casa y me gusta perseguirlas y saltar para cogerlas. ¡Los insectos!
¿Se llaman así verdad? No sé qué son los insectos, pero sé que son cosas diferentes a Eugenia y a mí. Nosotras debemos de ser golondrinas.
A Eu hay amigos que la llaman así porque
siempre está viajando. Y como yo voy con ella, pues ¡ya está! He comprendido que también soy una golondrina.
Estos
días estoy un poco triste, pero se me
pasará. Es porque ya no podré volver a mi casa con jardín y árboles, de la que
tanto me acuerdo. Y Malika ya no me renegará ni Hayat me cambiará las piedras con las que me gustaba
hacerla rabiar. Porque nada más
limpiarlas las ensuciaba otra vez,
para que me persiguiera por las
escaleras. La vida para mi, es siempre un juego. Tampoco saltaré por mis
queridas escaleras ni por ese tejadillo de madera en el que me gustaba tumbarme al sol. Pero no
me importa porque Eu, mi madre adoptiva
dice que está más tranquila y que ahora tenemos que estar con nuestra familia y
con nuestros amigos. Pero conociéndola, no creo que estemos mucho tiempo sin
viajar. De momento, sé que en septiembre va a hacer un viaje con mi primo Daniel y
luego nos toca ir a la ciudad que tiene
las casas encima del agua. ¡Otra vez la casa que vuela y luego la que se mueve
y me marea!
Eugenia
habla y habla por teléfono y no me hace caso. A ver si termina, porque tenemos
que jugar un poco. Ya he acabado de desayunar pero ¡nada, ni me mira! Le dice a su amiga que no se puede vivir toda la vida
con un gato entre las piernas. Pero ¿qué es eso del gato? ¡Ya me estoy
cansando! ¿No seré yo? Pero no puede ser
porque yo soy Hermy. Aunque a mi también
me gusta caminar entre las piernas de Eugenia. Cuando lo hago la noto pegadita,
siento su calor y me siento protegida. La miro y me da risa porque anda despacito
para no caerse o pisarme. Me hace gracia como protesta, pero en el fondo le
gusta. Qué voy a hacer, ella es mi madre
y me encanta tenerla cerca. Por eso me enfado cuando no me hace caso, porque siempre necesito mimos.
Bueno, no os he dicho que os escribo desde un
balneario donde hemos venido a reposar. Las dos estábamos muy agotadas de ir y
venir, claro, yo siempre metida en una
bolsa mientras vamos en las casas voladoras. Aunque si no voy en la
bolsa es peor, porque significa que me quedo sola en casa.
La
verdad es que hemos tenido mucho trabajo y mucho estrés, como dicen aquí en el
balneario, hasta decir adiós a Marruecos
y dejar nuestra casa. Por eso estamos en este sitio estupendo para descansar y
cuidarnos. Tenemos un masajista guapísimo que se llama Jaime, que es el
que nos ha hecho la fotografía y nos ha prometido que de este lugar saldremos relajadas
y guapas. Yo no sé como saldré, porque
según lo que dice la gente, ya lo soy.
Os
mando una fotografía desde la sala de masaje, donde nos han hecho una limpieza
de piel y pelo.
Cuando
todo termine, como hasta el mes de septiembre vamos a quedarnos aquí, haremos
esa fiesta para celebrar nuestro adiós a Marrakech y mi cumpleaños.
Muchos,
muchos besitos a todos. Os quiero."
Hermy
Una maravilla para cualquier estación del año